La pugna electoral estadounidense entre Obama y McCain, adjetivada con toda clase de hiperbólicos epítetos y grandilocuentes retruécanos, está ocupando, como no podía ser menos, el foco central del flujo catódico, tanto en los informativos propiamente dichos, como en toda clase de magazines y programas de entretenimiento.
Las cadenas españolas, en línea con la americanomanía patria (ya sea en forma de filia o de fobia, que de todo hay), han destacado a parte de sus bustos parlantes estrella a diversas capitales estadounidenses para simbolizar la priorización dada a la cobertura del evento electoral.
No deja de resultar algo extemporánea esta pervivencia atávica de la presencia física del presentador (y del plató que lleva anexo) en el lugar de la noticia. En una época de frondosidad y práctica simultaneidad global del flujo mediático, de permanente conexión a las fuentes digitales y de continium informativo, resulta ciertamente anacrónica e innecesaria esa presencia física en el lugar de la noticia, al menos en el caso de los rostros encargados del relato informativo, tal vez no en el caso de reporteros o periodistas a pie de calle, capaces de darle un sesgo personal o de aportar un cierto valor añadido a la estandarizada y globalizada noticia.
Sin embargo, estos días vemos a los rostros populares de los servicios informativos de las diferentes cadenas generalistas nacionales y autonómicas (Pino en Tele 5; Ana Blanco y Lorenzo Milá en TVE1; Resano y Mamen Mendizábal en La Sexta; Roberto Arce en Antena 3; etc…), destacados en Washington, Nueva York o Miami, a modo de corresponsales corporativos, convertidos en simbolización corporeizada de la seriedad y profesionalidad otorgada por las cadenas al evento objeto de cobertura. Al final, el rostro y la persona mantiene su fantasmagóricoy algo vetusto predominio, frente a la volatilidad de los flujos, la multipantalla y la ubicuidad on-line.
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Etiquetas: Elecciones USA, Gabilondo, Hilario Pino, Informativos, Lorenzo Milá, Mamen Mendizábal, McCain, Obama
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