Archive for the ‘Antena 3’ Category

Jibarizada vuelta al mundo

febrero 17, 2009

Que la telerrealidad es una tendencia ampliamente implantada en nuestro panorama catódico lo demuestra el hecho de su tendencia a la mastodontización, a la hipertrofia grandilocuente y la dinosaurización, tendencia habitual en cualquier formato en crecimiento y mutación. Ejemplo de dicha tendencia e hibridando la primacía relacional e interpersonal propia de todo reality convivencial con elementos competitivos y paradeportivos propios de los reality de supervivencia y superación (pruebas, situaciones límites, etc…), añadiéndole además el plus de la estructura itinerante on the road, mayormente en países extranjeros (con la consiguiente dificultad añadida del extrañamiento cultural para los concursantes), el megareality La vuelta al mundo en directo (título de ridículas resonancias literarias a lo Verne) había venido siendo presentado e hiperpublicitado como una de las apuestas estrellas de la temporada en Antena 3, intentando sumarse a la tendencia iniciada en nuestro país por la exitosa primera edición de Pekín Express, en Cuatro.

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Con una fase previa de calentamiento y generación del interés a base de castings y reportajes, emitida en magazines de la casa como Tal cual lo contamos y confiada al tránsfuga tronista Efrén Reyero (quien demostró prontamente lo mucho que le venía grande el encargo), el programa comenzó (quizás apresuradamente) sus emisiones confiando en sus posibilidades de convertirse en ese format killer que anda buscando desde hace tiempo la cadena, capaz de retroalimentar sus decadentes magazines y talk shows y proporcionar un alza general de las audiencias. Incluso reclutaron como conductor a uno de los rostros populares de la competencia, un Oscar Martínez quien, sobrepasado por los acontecimientos, ya debe estar preguntándose por qué aceptó el envite y consolándose mirando el extracto de su cuenta corriente, y montaron, como obligada guarnición online, un canal en youtube y una completita web participativa con ramificaciones en Facebook y Twitter.

Así empezó todo…

Con  tan sólo un par de emisiones en el prime time dominical, desde su comienzo en Venecia, lastradas por la indefinición y la heterogeneidad (esos coloquios paralelos en plató con gente en plantilla como el inefable Miguel Temprano, el ínclito y estólido Efrén, la megahortera estilista de Supermodelos o la tele-psicóloga de guardia) y el alargamiento plúmbeo de las mismas, así como plagadas de numerosos errores en las conexiones y en la presentación de los concursantes y las normas del concurso (no son los grandes formatos de telerrealidad el punto fuerte de Antena 3, claramente), el share no ha respondido a las espectativas y el público no se ha enganchado a los avatares de las parejas concursantes (sólo es posible que acceda al status de friki-celebrity una Pamela Anderson clónica eliminada a las primeras de cambio), ni siquiera pese al (¿fortuito?) abceso sensacionalista de la eliminación de uno de los concursantes (Cyril Jacquet) al descubrirse su pasado parricida, enseguida convertido en excusa para uno de esos pseudo-debates ombliguistas y aurorreferenciales para escarbar en el morbo y ondear al mismo tiempo la bandera de la tan manoseada deontología periodística. Impelidos por las prisas habituales y por los (presumibles) altos costes del engrendo, los rectores de la cadena han optado por la inmediata jibarización del road reality, reduciendo su duración a apenas un par de semanas y acelerando sus procesos, además de trasladarlo al menos competitivo late night. Un recurso fácil y de compromiso, que empieza a convertirse en habitual en estos casos (recordemos los casos recientes de Circus o La batalla de los coros, entre otros), intentando con ello salvar los muebles y dar una salida digna al producto, aunque no logran ocultar la magnitud del batacazo.

Video del ‘caso’ Cyril Jacquet

¿Se agota la vía penal?

febrero 11, 2009

Con una cuota de audiencia muy por debajo de las expectativas se saldó la comparecencia del bailarín flamenco, ex-convicto y homicida involuntario, Farruquito, en el corrillo bullicioso y parlanchín de DEC (el otrota título del programa, ¿Dónde estás corazón? se ha reconvertido y apocopado, según mandan los cánones del vigente lenguaje SMS que asolan la tele), enésima y última muestra del subgénero de entrevista por la vía penal, casi subjudice, que ha gozado de gran éxito en nuestras televisiones en los últimos tiempos, donde han comparecido gente que suma a su condición de (un pelín trash) celebrity el plus de la comisión de delitos, gente de la calaña de Mario Conde, Roldán y (rey de reyes) el ex-alcalde marbellí, Julián Muñoz, acaparando minutos de prime time dignos de mejor causa.
Gracias la connivencia entre medio y entrevistado, al mutuo aprovechamiento de ambos (share para la tele; inyección crematística para el compareciente famoso), la operación parecía estar resultando beneficiosa para todas las partes, bendecida además por el seguimiento del telespectador.

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Convertido el sanedrín de contertulios rosas en plató en paralelo tribunal popular (con la vena infartada de la Patiño dispuesta a someter al reo-entrevistado en simbólico ecce-homo a golpe de pregunta insidiosa y comentario sensacionalista, al mismo tiempo, dichas entrevistas le ofrecían a éste (por un módico estipendio) la posibilidad de autoflagelarse dolientemente, de redimirse ante la atenta mirada del ojo social tras la dolorosa catarsis de la confesión y el arrepentimiento público. Con todo ello, se confecciona una especiada ensalada, bien surtida de morbo, demagogia y tremendismo periodístico, con el postre añadido de un pseudo debate posterior entre los mismos entrevistadores y colaboradores, a cuenta de manosear una vez más conceptos tan sobados y desnaturalizados como ética periodística o deontología profesional, convertido el show en una jeremiada autojustificativa a costa de excusar la función ofrecida en base a los deseos de la audiencia o el interés informativo de dichas cuestiones, pese a haber lapidado dichos comportamientos cuando los ha llevado a cabo la competencia (Tele 5, off course, habitual primera dama en este tipo de festejos catódicos).

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Pero, oh sorpresa, héte aquí que el edificio empieza a hacer aguas precisamente por esos cimientos que sirven excusas disculpatorias a sus responsables. las cifras de audiencia, ya que el personal empieza a dar signos de cansancio, a mostrarse reticente a concurrir a este tipo de akelarres catódico-judiciales donde se le convoca a tirar la primera piedra, para luego dejarle al margen en el reparto del sabroso pastel. Ya era hora. A ver si el compungido y arrepentido rostro de Farruquito es el último que vemos en uno de estos cadalsos televisivos a precio de oro.

¿La Navidad mola?

diciembre 25, 2008

Se trata de un fenómeno habitual y recurrente en el panorama catódico: colaboradores o valiosos secundarios de programas de éxito que, reconocimiento popular mediante, se deciden a dar el salto y a independizarse de la tutela de quien los aupó a la fama, aventurándose en solitario, generalmente encontrando el fracaso como consecuencia. Poco debemos remontarnos en el tiempo para recordar los recientes casos de las (fallidas) aventuras en solitario de gente como Carlos Latre, Boris Izaguirre o Gonzo.

neng Edu Soto y David Fernández han gozado de enorme popularidad y notable reconocimiento durante el tiempo en que han estado encuadrados en El Terrat, la factoría humorístico-televisica que capitanea Andreu Buenafuente. Encarnando a multitud de personajes, interviniendo episódicamente en su late show o trabajando en proyectos del grupo en otros sectores, fueron capaces de hacerse un nombre en el mundillo del humorismo y la interpretación, optimizando su vis cómica, pero beneficiándose de una bien engrasada maquinaria cuyos mayores efectos benéficos redundaban en los guiones puestos en bandeja, con los que confecciar sus personajes. El definitivo éxito de los personajes más relevantes que encarnaron, El Neng y Rodolfo Chikilicuatre, respectivamente, les hicieron decidirse a abandonar el barco, con la excusa de zafarse de todo encasillamiento e, imagino, alcanzar mayores cotas artísticas (y también pecuniarias, imagino).

df Ya se les había podido ver ocasionalmente en diversos trabajos (la segunda parte de Mortadelo y Filemón o la presentación de El rey de la comedia, en el caso de Soto; el vuelo en solitario de Chikilicuatre antes, durante y después de Eurovisión, en caso de Fernández), sin conseguir ningún claro logro ni disipar la sombra de sus anteriores criaturas, sobrevolando siempre por encima de sus trabajos presentes.
Para esta Nochebuena, Antena 3, en un esfuerzo englobable en la revitalización y el remozamiento juvenil que parece caracterizar las nuevas apuestas de su parrilla, encargó a ambos un programa especial de humor, asemejándose con ello a la tradicional oferta de TVE. Debe ser considerado un honor para ellos (en su breve y acelerada carrera postemanciaptoria) el que sus figuras se hayan incorporado a la nómina oficial de humoristas y/ actores que han recibido un encargo de esas caracterísitcas (algo así como un premio a la carrera o un reconocimiento vital, en muchos casos), pero el resultado no ha podido ser más decepcionante y penoso.

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La Navidad mola (así se llama el artefacto) pretendía ser un desenfrenado cuento navideño donde nuestros héroes, despedidos de la empresa NOELSA (ocurrente nombre, insoslayable referencia a la omnipresente crisis económica), viven unas (pretendidamente divertidas) peripecias en busca de otra ocupación, excusa para un desfile de personalidades de la cadena invitadas a la trama (María Patiño, como ejemplo máximo)
Interpretando cada uno un buen número de personajes (la exhibición de camaleonismo se queda en pesada pirotecnia mortadelescay cansina repetición de tipos caricaturescos), el conjunto adolece de una ambientación cutre, unos guiones absurdos y, lo que es peor, aburridos, y un discurrir arbitrario y atropellado (las prisas de la concepción y plasmación del programa saltan a la vista). Con tan pobres mimbres, los cómicos intentan salvar los muebles, entregándose a un carrusel paródico presidido por la falta de sentido y la sal gruesa, incapaces de dotar a semejante engendro de interés alguno.
La nómina de colas de león gozosas de popularidad y éxito que quisieron pasar a ser cabezas de ratón para pegarse el gran tortazo tiene desde ya un par de nombres más con los que engordar la lista de aquellos de sobreapreciaron su talento.

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El cumpleaños de ‘Espejo Público’

diciembre 16, 2008

Tras el batacazo de la publicitada, aventura del fichaje estrella de la cadena, Mª Teresa Campos y el agotamiento de la oferta de la también cooptada de Tele 5, Montserrat Domínguez, Antena 3 echó mano de una solución de urgencia: la traslación de la marca del programa informativo clónico de Informe Semanal (o eso pretendía, al menos), Espejo público, cuya languideciente carrera trascurría en el access-prime time de los tristones domingos por la tarde, presentado por Sonsoles Suárez.

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Así pues, trasladando nombre y contenidos a las mañanas y reclutando a su presentadora de entre lo mejor de la nómina de sus informativos, Antena 3 hizo despegar con prisas Espejo Público, su propuesta matutina para luchar con las consolidadas ofertas de A.R. o Pepa Bueno y sus Desayunos en TVE.
Tras unos comienzos dudosos e irregulares, el programa ha llegado a su segundo cumpleaños consolidado y manteniendo un (casi) digno mano a mano con la competencia.
Pese a presumir en sus inicios de esquivar la temática rosa, el programa confecciona su variopinto menú con la consabida tertulia centrada en ese mundo del colorín (donde reina la incombustible Massiel), aunque con menor deriva tomatero-amarilla, complementando una amena oferta, gemela de la filosofía arrevistada de sus informativos: tertulia de actualidad, temas de sociedad (ahora Cuca Sales se encarga de la sección que antes llevaba María de Meer, a quien se echa de menos), sucesos (territorio donde se enseñorea Albert Castrillón), reporteros en vivo, humor (de la mano de Arangüena), etc…, siempre al albur de la tiranía de la actualidad.
Pero si algo dota al programa de un valor añadido de clase y distinción es la discreta, glamourosa y elegante presencia de Susanna Griso, consolidada en su puesto gracias al rodaje, desplegando su telegenia y carisma, dignificando unos contenidos no siempre nobles.

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Psychokiller MAM

diciembre 14, 2008

Boquiabierto me he quedado al ver, en el capítulo 7 de la serie Cazadores de hombres al actor y pop idol Miguel Angel Muñoz (MAM) transmutado en psychokiller cañí, en asesino en serie y violador necrófilo, con un look garrulo y cejijunto muy curioso, que recuerda más al Juan Diego Botto de Plenilunio o al Bardem de No country for old men, que a otros referentes hollywoodienses de reciente memoria. Acostumbrado a verlo lucir palmito en UPA Dance y similares productos, no salgo del asombro. Y es que el chaval no lo hace del todo mal…




‘Lex’ juega la baza de la carne

diciembre 5, 2008

Lex, la serie de temática judicial de Antena 3 fue una de las más fuertes apuestas de la cadena en la pasada campaña. Si su primera temporada pasó con más pena que gloria en el competitivo prime time de los jueves, la segunda languidece en el (casi) late night de los domingos, antecedida por la estadounidense Sexy Money y vencida en audiencia incluso por las reposiciones de Aida en Tele 5.

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Pese a contar con un elenco de primera encabezado por Javier Cámara y cierto holgura de medios, el resultado no ha brillado nunca ni por su originalidad ni por lo convincente de sus resultados. Lastrada por el déficit de credibilidad que, salvo contadas excepciones, atenaza a la ficción patria cuando se adentra en terrenos de temática negra y centrada, como es costumbre, en las peripecias erótico-sentimentales de las criaturas que la pueblan (divididas en dos sectores de edad, veintañeros y treintañeros peterpanescos -una vez más, es la moda-), la serie no aporta novedad alguna a un género tan trillado como el legal ni añade ninguna aportación local a ese mundo digna de ser reseñada.

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Al contrario, en este segunda tanda, y en los últimos capítulos, se les ve el plumero a sus creadores, quienes buscan aumentar la audiencia con la introducción episódica del personaje de una devorahombres de alto standing (híbrido de numerosas mujeres fatales y mantis sexuales que en el cine de las últimas décadas han sido, encabezadas por la Catherine Tramell-Sharon Stone de Instinto básico), interpretado por Paz Vega, en una pausa de su exitosa carrera internacional, convertida en un sex-symbol latino de primera, paralela a un incremento de la explicitud sexy de las tramas y del exhibicionismo de su reparto femenino, que ha culminado (de momento) en el (cogido por los pelos) strip-tease de la neumática Kira Miró, otra belleza patria con presencia secundaria de la serie.
Esta escasamente original y sobada tabla de salvación carnal quizás lleva a la serie a arañar algunas esquirlas del deseado share, pero dudo que traiga como consecuencia ni el aumento de su reconocimiento ni el aseguramiento de un lugar en la memoria catódica del espectador.

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Emma ‘Clarice’ Suárez

noviembre 19, 2008

No es que el paralelismo entre la inspectora Ana Leal y la inolvidable Clarice Sterling sea demasiado claro, pero Cazadores de hombres, la apuesta estelar de ficción para el otoño de Antena 3 se sitúa en esos otros mundos (oscuros) que están en éste: psicópatas, prostitución, proxenetismo, pederastia, violencia de género (entre otras), etc.
Aunque no aparece ninguna figura comparable en magnetismo e inteligencia maligna al doctor Lecter (el papel de malo que atraviesa la serie recae en un algo tópico ex-soldado serbio, Yakutov – es la moda: la delincuencia balcánica o rusa-; y los ocasionales, protagonistas de cada episodio, van cambiando, interpretados, en plan colaboración especial, por primera figuras del star system patrio como Jorge Sanz, Federico Luppi o Lucía Jiménez, en lo que es una de las bazas más atractivas de la serie), la serie pretende ser un competente y estiloso policiaco, centrado en una unidad policial de élite encargada de la busca y captura de criminales largamente ocultos, que bebe de conocidas fuentes cinematográficas , así como de una amalgama sincrética de referentes catódicos recientes, tales como Sin rastro, CSI o 24, entre otras tantas que podrían rastrearse.

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Como Jodie Foster en el clásico moderno de Demme, Emma Suárez (competente actriz que mantiene incólume su sex-appeal, más allá de los cuarenta, junto a un rostro horadado y muy expresivo) encarna a una mujer policía por vocación y raíz familiar, aseteada por una herida incurable (su padre, comisario retirado, y su hija fueron asesinados fría y vilmente por Yakutov), que la aboca a  la necesidad obsesiva de venganza e (imposible) reparación, víctima de fantasmas del pasado (aquellos corderos) que no la dejan recuperar la paz y la sonrisa.
Junto a ella, una pareja de compañeros (elemento propio de buddy movie, dos policías de diferente personalidad, contrapunto cómico desengrasante: extrovertido y jeta el joven, resabiado y noblote el veterano -encarnados con convicción por Iñaki Font y Pere Arquillué) y la ayuda de un chorizo marginal de buen corazón, criado por la familia de la inspectora y en deuda con ella (sólido y creíble Alejo Sauras, alejado por fin del amaneramiento verborreico del que abusó en Los Serrano), bajo la atenta mirada del comisario Porto (de nuevo José Manuel Cervino, encasillado en papeles de poli avinagrado).

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Pese a alguna insuficiencia en el terreno de la credibilidad ambiental y procedimental (el talón de Aquiles de la ficción policial en España, pese al supuesto asesoramiento y colaboración de las instituciones del ramo) y las consabidas y previsibles ramificaciones erótico-sentimentaloides (la búsqueda de un target mayoritario obliga, supongo) Cazadores de hombres es una de las más presentables teleseries patrias de reciente aparición, sólida y emotiva en la caracterización de los personajes y situaciones, con un buen trabajo de casting (un elenco conjuntado y atractivo, que se aleja de los caminos más trillados en el medio), pese a lo cual no ha logrado el seguimiento esperado, por lo que cabe agradecer a la cadena que haya sabido aguantarla en el prime time (al menos hasta el último de los 8 episodios en que estaba concedida la primera entrega), sin los habituales vaivenes de horario por la parrilla.
Triste es que el espectador no conecte con la versión local de este tipo de ficciones, a las que sí que sigue y valora cuando llegan con firma anglosajona, relegando a la ficción patria al terreno de la comedieta verborreica, autocomplaciente, retronostálgica o kitch (o todo a la vez).

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Desde Washington, ¿para qué?

noviembre 4, 2008

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La pugna electoral estadounidense entre Obama y McCain, adjetivada con toda clase de hiperbólicos epítetos y grandilocuentes retruécanos, está ocupando, como no podía ser menos, el foco central del flujo catódico, tanto en los informativos propiamente dichos, como en toda clase de magazines y programas de entretenimiento.
Las cadenas españolas, en línea con la americanomanía patria (ya sea en forma de filia o de fobia, que de todo hay), han destacado a parte de sus bustos parlantes estrella a diversas capitales estadounidenses para simbolizar la priorización dada a la cobertura del evento electoral.
No deja de resultar algo extemporánea esta pervivencia atávica de la presencia física del presentador (y del plató que lleva anexo) en el lugar de la noticia. En una época de frondosidad y práctica simultaneidad global del flujo mediático, de permanente conexión a las fuentes digitales y de continium informativo, resulta ciertamente anacrónica e innecesaria esa presencia física en el lugar de la noticia, al menos en el caso de los rostros encargados del relato informativo, tal vez no en el caso de reporteros o periodistas a pie de calle, capaces de darle un sesgo personal o de aportar un cierto valor añadido a la estandarizada y globalizada noticia.

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Sin embargo, estos días vemos a los rostros populares de los servicios informativos de las diferentes cadenas generalistas nacionales y autonómicas (Pino en Tele 5; Ana Blanco y Lorenzo Milá en TVE1; Resano y Mamen Mendizábal en La Sexta; Roberto Arce en Antena 3; etc…), destacados en Washington, Nueva York o Miami, a modo de corresponsales corporativos, convertidos en simbolización corporeizada de la seriedad y profesionalidad otorgada por las cadenas al evento objeto de cobertura. Al final, el rostro y la persona mantiene su fantasmagóricoy algo vetusto predominio, frente a la volatilidad de los flujos, la multipantalla y la ubicuidad on-line.

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Hola y adiós

octubre 16, 2008

La franja vespertina es una sima catódica que las cadenas empiezan a no saber cómo rellenar. Excepción hecha de  los consolidados España Directo (TVE1) o Está pasando (Tele 5) y algunas telenovelas que aguantan el tirón, el resto de las cadenas se las ven y se las desean para encontrar la fórmula adecuada para tirar de la audiencia en ese segmento que va de cinco a ocho de la tarde.
Esta semana hemos visto coincidir en el tiempo la aparición de un nuevo magazine vespertino en Antena 3, Tal cual lo contamos, con la cancelación de otro programa de parecidad características, el magazine Visto y Oído, en Cuatro.
Tras unos meses en antena, Visto y Oído, presentado por Joaquín Prat Jr., en una de sus primeras experiencias televisivas tras unos años dedicado a la radio en la SER, y la todoterreno comodín de la cadena de PRISA, Raquel Sánchez Silva, no ha logrado consolidarse ni alcanzar la cuota precisa del share para mantenerse en la parrilla. La indefinición y los caprichosos y continuos cambios de contenido, duración y horario (primero, dedicaban bastante tiempo a comentar los realitys bandera de la casa –Factor X, Circus…-; luego cambiaron a contenidos de mayor sensacionalismo y actualidad) han marcado su trayectoria, sin lograr conseguir el aire novedoso y original al que parecían aspirar. Si bien no han caído en el amarillismo vocinglero de otros programas de la competencia ni han echado mano de los manidos comentaristas rosas, el menú pergeñado no ha captado la atención del público, quedando por debajo de las expectativas de la cadena y por debajo de su media de audiencia.

Paralelamente, como comentaba arriba, ha debutado en la parrilla de la cadena de Planeta un nuevo contenedor-magazine de tarde, sustituyendo a la versión interina de El Método Gonzo, tras la espantada de su presentador y cerebro. Se trata de Tal cual lo contamos,
finalmente presentado por Cristina Lasvignes (sonaron diferentes nombres de presentadoras), quien lo compagina, de momento, con el consultorio de madrugada que conducía en la SER (again) para encabezar esta aventura de dudoso futuro.
Definido como un regreso al magazin clásico (¿alguien sabe qué quiere decir tal cosa?), el invento no aporta nada nuevo bajo el sol, sino el manido y archilabrado batiburrillo de variopintas secciones, cocktail de humor y zapping sandunguero (a cargo de Ricardo Castella, a sueldo de la cadena pese a la defenestración de su intento de late-show, El Sacapuntas), tertulia rosa con sospechosos habituales de ese mundillo (Carmen Pardo, Mariñas, Portero, etc…), sucesos y noticias de actualidad, contadas con la dosis habitual aunque moderada de amarillismo, consultorio de buenas maneras a cargo de Josemi R.Sieiro, entrevistas, …
No sé si acabará consolidándose en Antena 3, pero, partiendo de lo ofrecido en sus primeras emisiones, no será recordado ni cambiará las modas televisivas.

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‘700 euros’, prostitución rima con culebrón

octubre 15, 2008

Hace unos días terminó la emisión en Antena 3 de la pretendidamente escandalosa y transgresora serie 700 euros, que, tras dormir en el cajón de algún ejecutivo durante meses, retrasando su estreno y cambiando incluso de título (el original era el más explícito Diario de una call girl), fue finalmente emitida durante los meses veraniegos tras una notable promoción, con un moderado éxito de público que le ha permitido mantenerse en el prime time de los martes hasta su último episodio, al margen de los frecuentes vaivenes por la parrilla a que se ven sometidos aquellos productos que no gozan del favor del caprichoso share.
Producida por Diagonal TV (La señora, Amar en tiempos revueltos,…), la serie se presentaba como el último grito del atrevimiento catódico, como un retrato realista de la prostitución de alto standing, en línea con su cada día mayor normalización y visibilidad social, con un marchamo de escándalo y crudeza en el tratamiento de dicha temática que no se ha visto refrendada por el devenir de la serie.

Sin embargo, el acercamiento que propone 700 euros al mundo de la prostitución de lujo está marcado fundamentalmente por los códigos explícitamente folletinescos de todo culebrón que se precie. La protagonista, Luna, se ve abocada a ese mundo tras una serie de justificaciones sentimentales y morales (el engaño y la traición de su prometido, la redención mediante el sacrificio altruista para la curación de su amigo, la necesidad de dinero rápido para esos fines, etc…), y lo mismo sucede con el resto de personajes de la trama, marcadamente esteotipados como positivos o negativos, especialmente en relación a la protagonista.
Como en todo folletín que se precie, asistimos a toda una panoplia de amores imposibles, despechos, traiciones, desengaños, intrincadas relaciones familiares, secretos del pasado que se desvelan, diferencias de clase, etc… No falta ingrediente alguno en el menú, además de una roma ambientación (escasos exteriores, un puñado de repetidos interiores pretendidamente lujosos que no llegan a ser convincentes…).
El mundo de las escorts, del sexo de pago aparece reflejado sin mordiente, sin morbo alguno, visto siempre desde el punto de vista de las chicas que a ello se dedica, pero siempre arropado por un sinfín de cortapisas, contextualizaciones y justificaciones, de indulgente moralina.
La peripecia rocambolesca de la protagonista acabará con el consabido final feliz, con la superación de todas las pruebas a que tiene que enfrentarse, abriéndose ante ella un inmaculado horizonte de felicidad.
Queda el esforzado trabajo de algunos solventes actores (Mercé Llorens, Aroa Gimeno, Pedro M. Martínez, Cristóbal Suárez, Luisa Gavasa,..), marca de la casa que la produce, pese a las insufiencias de un irregular reparto en el que fallan algunos de sus integrantes (Toni Cantó, la mexicana Adriana Lavat, Ana Turpin, etc…), así como algún personaje algo más pulido y matizado (el barman, la madre de Luna, etc…) y una solvencia técnica y agilidad narrativa acreditada en este tipo de productos, que facilita el enganche del público, lo que no consigue hacer olvidar la endebles y falta de nobleza de los materiales de los que parte.

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