Algo bueno tenía que salir del derroche de lentejuela y tiros largos que nos endilga cada lunes el bailongo con excusa solidaria de la primera, a cargo de nuestros famélicos bolsillos (no todo va a ser para Botín y compañía, claro).
A la hijísima Campos junior, cada vez más cercana a su madre en tallaje y facundia sandunguera, se le sale la breva en un descuidín. Lo más normal con tanto meneo…
¡Ahora sí que podemos llamarla, con todas las de la ley, Tetelu!
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