En un mundo tal volátil e hiperacelado como el de la actual televisión, no es frecuente encontrar fidelidades corporativas y rostros identificatorios, elementos que amueblen inmediatamente la cansada mirada del espectador llevándole rápidamente a identificar determinado canal o programa.
Ni siquiera los logos (que cambian o varían arbitrariamente, y en ocasiones, a más velocidad de la que parece) o los programas-franquicia (tenemos fresco el caso de Lobato y su cobertura de la F1, trasladada tal cual, con todos los bártulos, de una cadena a otra, de Tele 5 a La Sexta, nueva propietaria de los derechos de emisión de los eventos automovilísticos) consiguen simbolizar la fidelidad, la solidez, ante las permanentes mutacionas del universo catódico.
Quedándonos en la antes llamada cadena amiga, Tele 5, sorprende observar la permanencia del ya maduro pero dulce y atractivo rostro de la presentadora Yolanda Benítez, polivalente comodin de los servicios informativos donde ha realizado disímiles y variopintas tareas, desde la presentación a horario intempestivos (mañanas, madrugadas, etc…) a la sustitución de sus conductores titulares (condujo el informativo de prime time durante las vacaciones estivales de el sheriff Piqueras), pasando por aquellos juveniles inicios en los lejanos años 90 en los que lo mismo se la veía de aguerrida reportera como realizando cortinillas de continuidad o la presente y solvente sustitución de la Campos al frente de la tertulia política La mirada crítica en la que recién había desembarcado.
Superando incluso la marcha de su compañero sentimental Jon Sistiaga (disculpen el apunte tomatero) o los vaivenes ideológico-corporativos de los servicios informativos de la cadena (desde aquellos TD trufados de opinión que realizaba Luis Mariñas hasta la actual cima sensacionalista comandada por ‘Chuky’ Piqueras, pasando por el agitprop antipepero, a lomos del Prestige y el ‘No a la Guerra’ de la etapa valentiniana -hoy en la Casa común de el Ente-), la Benítez se ha convertido en uno de los rostros identificadores de la cadena, en uno de sus mayores activos, pese al papel subalterno al que habitualmente se le ha relegado.
Para demostrarnos que en la tele importa tanto (o más, incluso) la fidelización emocional y el aura carismática de los rostros (y de los bustos parlantes, en este caso) que la permanente innovación y el alocado aggiornamiento, Yolanda Benítez aparece casi a diario en pantalla, con su gesto entre cálido y adusto y su plácida aunque desafiante belleza madura, convirtiéndose en una magnética razón para no cambiar de canal.
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Etiquetas: Jon Sistiaga, Juan Pedro Valentín, Piqueras, Tele 5, Vasile, Yolanda Benítez
noviembre 20, 2008 a las 4:53 pm |
pues yo he leido que tiene con jon un hijo de cinco añitos
enero 26, 2009 a las 12:48 pm |
Me parece una buena presentadora, sinpatica y sobria a la vez.
La Campos que se jubile!!